domingo, 13 de mayo de 2012

"Es el amor lo que da precio a todas nuestras obras; no es por la grandeza y multiplicidad de nuestras obras por lo que agradamos a Dios, si no por el amor con que las hacemos" San Francisco de Sales
  En el dia de Nuestra Señora de Fatima- se conmemora el dia de su primera aparicion en Portugal- y Nuestra Señora de la Sonrisa, saludamos a Maria Madre Nuestra con esta bella oracion y le ofrecemos los frutos de nuestra meditacion diaria.

Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.




Salmo 26
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca;
y así levantaré la cabeza
sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor. 


 Señor Dios, Tú que te has dignado morar entre nosotros, poniendo tu tienda en nuestra propia carne, acrecienta en nosotros el deseo de morar en tu casa por los días de nuestra vida, ya que sólo en tu tienda nos proteges el día del peligro y nosotros te glorificaremos cantando y tocando para ti, Señor. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Debemos recomenzar en el camino de Cristo una y otra vez
En la Eucaristia que celebramos cada domingo tenemos que renovar nuestra alianza con Jesus redoblando nuestras fuerzas para seguir luchando, comenzando y recomenzando; decia San Francisco de Sales"..me da alegria ver que comenzais cada dia; no hay mejor medio que acabar bien la vida que el de volver a empezar siempre, y no pensar nunca que ya hemos hecho bastante."
La gracia se da a los que esperan en Dios.
Si muchas son las tribulaciones y tentaciones, mucho mas grande es la ayuda que viene de Dios: "El Señor nos libra del mal, no cuando el enemigo deja de presentarnos  batalla valiendose de sus mil artes, sino cuando vencemos arrostrando valientemente las circunstancias"- (tratado sobre la oracion)
Recurramos a Santa Maria Madre de Dios pidiendole como lo hacemos en el Ave Maria, que ruegue por nosotros que somos pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen. 

domingo, 11 de marzo de 2012

Señor, que siempre te busque pues eres mi refugio y salvación.


Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque pues eres mi refugio y salvación.

Tú tienes, Señor,

palabras de vida eterna.
Salmo 102

El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios.

El Señor es compasivo y misericordioso.

El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura.

El Señor es compasivo y misericordioso.

El Señor no estará siempre enojado, ni durará para siempre su rencor. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados.

El Señor es compasivo y misericordioso.

Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos.

El Señor es compasivo y misericordioso.

"Alégrate, hijo mío, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado."

Evangelio según san Lucas 15, 1-3. 11-32
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo. Por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí:
“Este recibe a los pecadores y come con ellos”.Jesús les dijo entonces esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca’. Y él les repartió los bienes.No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a padecer necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera.Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ‘¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores’.Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’.Pero el padre les dijo a sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó el banquete.El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba.Este le contestó:‘Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojó y no quería entrar.
Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó: ‘¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo’.
El padre repuso:‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’ ”.

Palabra del Señor.Gloria a ti, Señor Jesús.


Todos nosotros, llamados a la santidad, somos también el hijo pródigo. “La vida humana es, en cierto modo, un constante volver hacia la casa de nuestro Padre. Volver mediante la contrición, esa conversión del corazón que supone el deseo de cambiar, la decisión firme de mejorar nuestra vida, y que se manifiesta en obras de sacrificio y de entrega. Volver hacia la casa del Padre, por medio de ese sacramento del perdón en el que, al confesar nuestros pecados, nos revestimos de Cristo y nos hacemos así hermanos suyos, miembros de la familia de Dios”Todos somos hijos de Dios y, siendo hijos, somos también herederos. La herencia es un conjunto de bienes incalculables y de felicidad sin límites, que solo en el Cielo alcanzará su plenitud y la seguridad completa.

Honor y gloria a ti,Señor Jesús.Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.Honor y gloria a ti,Señor Jesús.

Dios nuestro, que amas la inocencia y la devuelves a quienes la han perdido, orienta hacia ti nuestros corazones y enciéndelos en el fuego de tu Espíritu, para que permanezcamos firmes en la fe y seamos diligentes en el amor fraterno.
Por nuestro Señor Jesucristo...Amén.


Salmo 24

Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza.

Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros.

Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos.

Descúbrenos, Señor, tus caminos.

jueves, 23 de febrero de 2012

Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza.












Padre de bondad, que por medio de tu gracia nos has hecho hijos de la luz, concédenos vivir fuera de las tinieblas del error y permanecer siempre en el esplendor de la verdad.Por nuestro Señor Jesucristo…amen.

La cualidad esencial de quienes componen este nuevo pueblo “es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios, en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en un templo; tiene por ley el nuevo mandato del amor, como el mismo Cristo nos amó a nosotros Jn 13, y tiene como fin el dilatar más y más el reino de Dios.

Lectura del segundo libro de Samuel 5, 1-7. 10

En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David, de la tribu de Judá, y le dijeron: “Somos de tu misma sangre. Ya desde antes, aunque Saúl reinaba sobre nosotros, tú eras el que conducía a Israel, pues ya el Señor te había dicho: ‘Tú serás el pastor de Israel, mi pueblo; tú serás su guía’ ”.

Así pues, los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver a David, rey de Judá. David hizo con ellos un pacto en presencia del Señor y ellos lo ungieron como rey de todas las tribus de Israel. David tenía treinta años, cuando comenzó a reinar.Primero reinó en Hebrón, sobre Judá, siete años y tres meses. Después, en Jerusalén, reinó sobre todo Israel y Judá, treinta y tres años. En total, su reinado duró cuarenta años.
Una vez ungido rey, David y sus hombres marcharon a Jerusalén, contra los yebuseos que habitaban aquella tierra.Estos le dijeron a David: y el Señor estaba con él.

Señor, apiádate de mí.

Apiádate de mí, Señor, apiádate, pues en ti me refugio; me refugio a la sombra de tus alas hasta que pase el infortunio.

Señor, apiádate de mí.

Voy a clamar al Dios altísimo, al Dios que me ha colmado de favores; desde el cielo, su amor y su lealtad me salvarán de mis perseguidores.

Señor, apiádate de mí.

Señor, demuestra tu poder y llénese la tierra de tu gloria; pues tu amor es más grande que los cielos y tu fidelidad las nubes toca.

Señor, apiádate de mí.

Una sola cosa he pedido al Señor y es lo único que busco: habitar en su casa todos los días de mi vida.

Salmo 143

Bendito sea el Señor.

Bendito sea el Señor, mi roca firme; él adiestró mis manos y mis dedos para luchar en lides.

Bendito sea el Señor.

El es mi amigo fiel, mi fortaleza, mi seguro escondite, escudo en que me amparo, el que los pueblos a mis plantas rinde.

Bendito sea el Señor.

Al compás de mi cítara, nuevos cantos, Señor, he de decirte, pues tú das a los reyes la victoria y salvas a David, tu siervo humilde.

Bendito sea el Señor.

Evangelio

san Marcos
3, 1-6

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús entró en la sinagoga, donde había un hombre que tenía tullida una mano. Los fariseos estaban espiando a Jesús para ver si curaba en sábado y poderlo acusar. Jesús le dijo al tullido:“Levántate y ponte allí en medio”.Después les preguntó:“¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?” Ellos se quedaron callados. Entonces, mirándolos con ira y con tristeza, porque no querían entender, le dijo al hombre: “Extiende tu mano”. La extendió, y su mano quedó sana.Entonces se fueron los fariseos y comenzaron a hacer planes con los del partido de Herodes para matar a Jesús.
Es palabra de Dios, Gloria a ti, Señor Jesús.

La unidad es un don de Dios y por eso está estrechamente ligada a la oración y a la continua conversión del corazón.

El amor a Dios nos ha de llevar a pedir, de modo particular en estos días, por esos hermanos nuestros que mantienen aún muchos vínculos con la Iglesia. Contribuiremos eficazmente a la edificación de esa unión en la medida en que nos afanemos por buscar la santidad personal en lo corriente de todos los días y aumentemos nuestro espíritu apostólico. El fiel católico ha de tener siempre un corazón grande y debe saber servir generosamente a sus hermanos los hombres –a los demás católicos y a quienes tienen la fe en Cristo sin pertenecer a la Iglesia o profesan otras religiones o ninguna y mostrarse abierto y siempre dispuesto a convivir con todos. Hemos de amar a los hombres para llevarlos a la plenitud de Cristo, y así hacerlos felices. "Señor , infunde en nosotros tu Espíritu de caridad y haz que cuantos creemos en Ti vivamos unidos en un mismo amor." amen.

Salmo 24

Descúbrenos, Señor,

tus caminos.

Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza.

Descúbrenos, Señor,

tus caminos.

Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros.

Descúbrenos, Señor,

tus caminos.

Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos.

Descúbrenos, Señor,

tus caminos.