domingo, 24 de julio de 2011

Santísima Trinidad, que por vuestra gracia habitáis en mi alma, santifícame más y más.


Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro; él es nuestro Dios.Mi alma espera al Señor con más ansia que los centinelas el amanecer, porque con el Señor viene la misericordia y la abundancia de su gracia.
Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados; bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

salmo 118
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Sólo cumpliendo todos tus mandatos puede un joven vivir honestamente.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Con todo el corazón te estoy buscando, de tu ley no permitas que me aleje.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Guardo tus mandamientos es mi pecho para nunca ofenderte.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Bendito eres, Señor, enséñale a tu siervo lo que ordenas.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Todos los mandamientos de tu boca mis labios enumeran.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos

Me gozo más cumpliendo tus preceptos, que teniendo riquezas.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.


Oremos Juntos

Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor, a fin de que, amándote en todo sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Bendigo al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo.
Me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo.
El Señor libra al justo de todas sus angustias.

Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder.
Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.

El Señor libra al justo de todas sus angustias.

Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias.

El Señor libra al justo de todas sus angustias


Bendice al Señor, alma mía y todo mi ser a su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, no te olvides de sus beneficios.

Como la altura del cielo sobre la tierra, así es su amor con los que lo respetan; y como está lejano el oriente del poniente, así aleja de nosotros nuestros crímenes.
Bendice, alma mía, al Señor.

El Señor estableció su trono en los cielos, ejerce su dominio sobre todas las cosas. Bendigan al Señor, ángeles suyos, poderosos guerreros ejecutores de sus órdenes.

Bendice, alma mía, al Señor.


Comentario
Cuando el alma es dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo se convierte en el árbol bueno que se da a conocer por sus frutos. Esos frutos sazonan la vida cristiana y son manifestación de la gloria de Dios: en esto será glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto1, dirá el Señor en la Última Cena.Estos frutos sobrenaturales son incontables. San Pablo, a modo de ejemplo, señala doce frutos, resultado de los dones que el Espíritu Santo ha infundido en nuestra alma: caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, longanimidad, mansedumbre, fe, modestia, continencia y castidad.

Hoy en nuestra oracion final al terminar el dia le pedimos al Señor, que nos envie Su Espiritu Santo para aprender a conocer nuestros dones y poder asi dar fruto abundante para Gloria de Dios..

Rey celeste, Espíritu Consolador, Espíritu de Verdad, que estás presente en todas partes y lo llenas todo, tesoro de todo bien y fuente de la vida, ven, habita en nosotros, purifícanos y sálvanos, Tú que eres bueno.
Oraciones para pedir los Dones del Espiritu Santo